domingo, 3 de mayo de 2020

Hablemos sobre modificación de conducta.




La conducta es todo aquello que las personas hacen o dicen (actuaciones, reacciones, respuestas, acciones,…). Cuando determinadas conductas de una persona o niño en el caso de los educadores no son adecuadas (por ejemplo, las conductas agresivas), estas se deben trabajar para modificar y, así, favorecer una mejor calidad de vida.

A continuación hablaré sobre algunas técnicas para modificar conductas:

1- Reforzamiento positivo y negativo.

Debido a su eficacia, el reforzamiento positivo y negativo es una de las técnicas de modificación de conducta más utilizadas. Cuando se opta por el reforzamiento positivo, lo que se pretende lograr es reforzar la conducta deseada acto seguido de su aparición, de forma inmediata, mediante un premio para poder provocar una mayor probabilidad de que ésta vuelva a repetirse. (Ejemplos de refuerzo positivo: una felicitación por la conducta realizada y un abrazo.) Cuando se opta por un reforzamiento negativo, no se trata de dar un premio, sino de quitar o retirar algo que resulta desagradable para la persona, de modo que también aumenta la posibilidad de seguir repitiendo la conducta deseada. (Ejemplo de refuerzo negativo: disminuir los privilegios.)

2- Reforzamiento intermitente

Cuando hablamos de refuerzos intermitentes hacemos referencia a la misma técnica de modificación de conducta anterior (reforzamiento positivo y negativo) pero recurriendo a los refuerzos de forma intermitente y no de forma continua. Es decir no lo utilizamos regularmente o a diario si no que lo utilizaremos en ocasiones específicas en que amerita.

3- Extinción

La extinción es otra de las técnicas de modificación de conducta más utilizadas. En este caso, se realiza a través de la retirada de los refuerzos positivos o negativos previos para procurar que una conducta desaparezca con el tiempo. De este modo, con la retirada de los refuerzos, la persona empezara a dejar de realizar conductas concretas hasta que finalmente, llegará un momento en que la conducta desaparecerá por completo. Esta técnica siempre funciona de forma gradual para terminar con las conductas no deseadas que se pretenden eliminar.

4- Desvanecimiento

Se trata de acompañar la conducta de otra persona mediante ayudas (verbales, físicas…) para convertirla en conducta deseada. En este sentido, estas ayudas se deben ir retirando con el paso del tiempo hasta que la persona sea capaz de realizar la conducta deseada por sí misma, sin necesidad de recibir ayudas.

5- Moldeado

Se lleva a cabo cuando se pretende conseguir que una persona realice una determinada conducta y esta nunca ha sido realizada con anterioridad. Para llevar a cabo esta técnica de modificación de conducta, lo primero que se debe hacer es reforzar respuestas parecidas a la deseada y, a medida que la conducta deseada se va configurando, se trata de ir extinguiendo las aproximaciones parecidas a la conducta deseada.









jueves, 30 de abril de 2020

Etapas del desarrollo psicosocial de Erick Erikson






Hoy quiero que tocar el tema de la Teoría Psicosocial de Erick Erickson porque aporta mucha información valiosa a la educación, en especial en la primera infancia. En 1950 Erik Erikson, psicoanalista estadounidese, propone una de las teorías más populares del desarrollo: la desarrollo psicosocial. Las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson responden a una teoría psicoanalítica integral que identifica una serie etapas por las que un individuo sano pasa a lo largo de su historia. A pesar de que Erick Erikson fue un fiel seguidor de Sigmund Freud, discrepaba con la relevancia del desarrollo sexual, Erickson pensaba que con los años el individuo se desarrollaba por medio de la interacción social. Proponía que desde el nacimiento hasta la vejez pasamos por 8 crisis, y estas son influenciadas por la sociedad, por ende el desarrollo del yo dura toda la vida.

Algunas características mas relevantes de cada edad hasta la adolescencia son:

Confianza vs. Desconfianza (0 – 2 años ) Crea confianza hacía su medio y a sus padres o cuidadores, ¿qué tan confiables son?. Los padres deben transmitirle confianza al bebé (primeramente por la alimentación y profundidad del sueño). Si se crea con éxito el bebé será seguro, si hay mucha desconfianza el niño tendrá miedo del mundo

Autonomía vs. Vergüenza/Duda (2 — 3 años) El niño comienza a hacer cosas por sí solo y logra más independencia. Se necesita un equilibrio entre autonomía y control externo como el de un guía. Comienzan con la palabra ‘’no’’, cuando algo no les gusta. Esta edad es importante para la proporción amor-odio, la cooperación, el nivel de terquedad terquedad y la libertad de expresión. Si fallan en las actividades que quieren realizar tendrán vergüenza.

Iniciativa vs. Culpa/Miedo (3–6 años) Quiere descubrir el mundo y por ello hace muchas preguntas. Descubre, identifica y proyecta roles. Desarrolla su iniciativa cuando no es abrumado por la culpa, hacen un balance de lo permitido y lo que no. Se puede crear sentimiento de culpa, debido a que se pueden equivocar o cuando los padres reaccionan negativamente ante alguna actividad que hayan realizado.


Laboriosidad vs. Inferioridad (6–12 años) Etapa en la que se sienten capaces de realizar cualquier cosa e intentan realizar muchas actividades. Tienden a comparar sus habilidades y, al no obtener los resultados que quería se originan sentimientos de inferioridad (odio contra sí mismo y el mundo). Es muy importante la estimulación positiva que maestros, padres y amigos o compañeros de escuela puedan brindar, es decir reconocimiento.


Búsqueda de la identidad vs. Confusión de la identidad (12- 20 años) Hay un crecimiento físico rápido, se preparan para la vida adulta y se preparan socialmente. Existe confusión, queriendo regresar a la niñez para evitar conflictos. Suele haber separación de los padres, los adolescentes se rebelan. Desarrolla ideales para ser un adulto exitoso. 


Erikson propuso que las personas experimentan en cada etapa un conflicto que sirve como punto de inflexión en el desarrollo, como un estímulo para la evolución. Estos conflictos se centran en desarrollar una cualidad psicológica o no desarrollar esa cualidad. Durante la etapa, el potencial de crecimiento personal es alto, pero el potencial de fracaso también lo es. Así, si las personas se enfrentan con éxito al conflicto superan esta etapa con fortalezas psicológicas que les servirán para el resto de sus vidas. Pero si, por el contrario, no logran superar con eficacia estos conflictos, es posible que no desarrollen las habilidades esenciales necesarias para encarar con acierto los retos de las siguientes etapas.

martes, 28 de abril de 2020

Daniel Goleman y La Inteligencia Emocional

     
     

Daniel Goleman es uno de los psicólogos más famosos de los últimos años, debido al best-seller internacional de su libro: Inteligencia Emocional (1995). En su libro Inteligencia Emocional, explica que las competencias de autoconocimiento, autodisciplina, persistencia o empatía tienen más importancia para la vida que el CI (Cociente Intelectual), y afirma que ignorar estas competencias es un riesgo para nosotros. Debemos enseñarles a los niños a desarrollar estas competencias desde edades tempranas, porque son beneficiosas para su futuro. Cuando nuestro cerebro almacena experiencias, no simplemente recopila hechos; también registra nuestros sentimientos y estos sentimientos nos ayudan a aprender. Por ejemplo, si un niño toca un horno caliente, experimentará un dolor intenso. Solo pensar en volver a tocarlo, hará que se dispare el recuerdo de ese dolor. De esta forma, las emociones evitarán que le pase lo mismo otra vez.

Nuestras emociones son herramientas importantes para entender e interactuar con nuestro entorno. Aún así, tienen defectos y pueden impulsarnos a cometer errores. Uno de esos errores ocurre cuando nos volvemos excesivamente emotivos; para poder realizar juicios sólidos, necesitamos pensar claramente. Nuestra mente emocional reacciona a situciones del presente basándose en experiencias pasadas, aún cuando las condiciones hayan cambiado. Por ejemplo, un niño que fue acosado en el colegio puede crecer para convertirse en un hombre seguro de sí mismo, pero aún así sentirse amenazado por su antiguo acosador. Entonces, ¿Cómo puedes usar el poder de tus emociones sin que ellas te controlen a ti? Necesitas inteligencia emocional (IE), que te permite reconocer y manejar tus sentimientos sin ser controlado por ellos.

El primer aspecto de la inteligencia emocional es ser capaz de reconocer y darle nombre a tus sentimientos. Este paso es vital para ser capaz de manejar tus emociones. Los estudios demuestran que las personas que no son capaces de reconocer sus propios sentimientos, son más propensos a arranques violentos. Una vez que eres capaz de reconocer tus emociones, necesitas estar consciente de qué las causa. Con frecuencia tus sentimientos en una situación dependen de cómo piensas sobre ellas. Por ejemplo, imagina que necesitas hacer un trabajo para la universidad. No te gusta para nada la idea y preferirías ir al cine. La inteligencia emocional puede ayudarte a gestionar todos estos sentimientos. Aunque el tema te aburra, puedes tratar de verlo desde otro ángulo. Puede que hay un aspecto del tema que te llama la atención; además, a sabiendas de cómo va a hacerte sentir la salida al cine, puedes posponer la gratificación para cuando verdaderamente tengas tiempo y no tengas tareas pendientes. Los estudiantes que manejan su carga de trabajo de esta forma, tienden a tener éxito en sus estudios, aún si tienen coeficientes intelectuales promedio.






En los niños por lo regular a partir de los seis meses comienzan a experimentar la ira. Es justamente ahí que debemos como educadores corregir cualquier conducta negativa, hay que acompañarlas de mensajes que les inviten al razonamiento y al control de eso que están sintiendo. A partir de los dos años es recomendable iniciar a los niños en el campo del reconocimiento de las emociones, ¿Cómo hacerlo? Mediante fotografías de rostros, dibujos, preguntándoles qué les pasa, si están tristes o por qué creen ellos que el otro lo está… Este es un modo perfecto para que aprendan a reconocer sus emociones poco a poco y también las de los demás, y sobre todo, comenzar a desarrollar la habilidad de la empatía. A partir de los 5 años sería perfecto que los niños supieran ya dar nombre a las emociones de modo habitual ejemplo: “estoy enfadado porque no me has comprado el juguete”. Hablar con los niños, hacerles preguntas, razonar, jugar, poner ejemplos; es algo imprescindible en su educación.

Debemos favorecer continuamente el que puedan expresarse, poner en voz alta su opinión y sus sentimientos, que aprendan a dialogar. Desde muy pequeños deben saber guardar silencio mientras los demás hablan, pero no solo eso, debe ser una escucha activa. De ahí que sea recomendable hablarles despacio, frente a frente y terminando las frases con un «¿has entendido?», «¿estás de acuerdo con lo que he dicho?». Para fomentar la inteligencia emocional es esencial que podamos facilitar la confianza apropiada para que pongan en voz alta aquello que les preocupa, que les hace felices pero también infelices. El hogar y la escuela van a ser esos primeros escenarios donde se va a desarrollar su vida. Si les ofrecemos comodidad para que se puedan expresarse y comunicar, también lo harán a medida que crezcan. Saber comunicarse y reconocer emociones propias y ajenas son, sin duda, imprescindibles para que vayan madurando poco a poco y alcancen una solvencia adecuada para integrarse en la sociedad y ser felices en ella.